¡¡Quejica soy!!

¡¡Vale !!, ¡¡ lo reconozco!! os tengo abandonados y me tengo abandonada.

De nuevo ese "Virus desconocido" se ha vuelto a apropiar de mi cuerpo y cuando el cuerpo no se encuentra bien, la mente le suele acompañar en este viaje.

Es curioso... tardo mucho en ir a ver médicos, pero ultimamente me toca visitarle por culpa de algo, ese algo que cuando le buscas el nombre tan solo llegasa saber que es : "Un Virus", ¡¡ porras!!, ¿y que es ese virus?, ¿no tiene nombre?, cuando intentas saber que hacer contra él, tan solo me dicen agua, reposo, y a esperar...

Lo malo no es que el cuerpo esté hecho una piltrafilla, sino que la cabeza estalla, los ojos no quieren claridad y te sientes atontada.

Un atontamiento que no te permite concentrarte, y que como curiosamente el recorrido mas largoque haces es de la cama al sofá y del sofá a la cama, y condandoos que en la cama me pongo la radio, y en el sofá me ronronea la televisión, resulta que es cuando mas informada estoy de todo lo que sucede en este nuestro pais y en el resto del planeta.

Lo oyes, lo asimilas y piensas, porque lo que te sobra es tiempo.

Hay tantas cosas que se te ocurren para poder hablar, pero son tan pocas las ganas de ponerte a plasmarlas que me da rabia que ese pequeño corpusculo virulento pueda conmigo.

Ayer ví avergonzada como unos señores senadores con traje y corbata, parecian niños pequeños de colegio en el recreo pidiendo la dimisión de una ministra. ¿a esos señores se les paga para hacer el ridiculo y el payaso?, a mí desde luego esos señores no me representan porque yo no les voté, pero si que los pagamos con los impuestos de todos los españoles y no precisamente para hacer el panfilo en un sitio tan serio como el Senado.

Oigo decir al señor Rajoy que el Gobierno se gasta mucho en publicidad.

Yo desde aquí, invito a Rajoy, aunque tal y como estoy tendría que conducir él, a recorren un pequeño espacio de carretera que no llega a los dos kilometros y medio y que cuente con sus dedos los carteles de su sufrida cara, os puedo asegurar que no son menos de siete en tal corto periodo de metros, (al que no termine de creerselo, le recomiendo ir a la carretera que va del centro cormecial Tres Aguas hasta el cruce de CAmpodon en Villaviciosa de Odon).

Oigo la problematica del aborto, y a cierta señora que representa al Pp y que solo le falta decir que a las mujeres hay que condenarlas al infierno.
A mí personalmente no me gusta el aborto, pero no soy quien para condenar a las mujeres que se ven obligadas a pasar por sus carnes y por su mente este maltrago. Creo que las mujeres que abortan no lo hacen por placer, eso creo que habria que explicarselo a muchas personas.

En este momento en la televisión están haciendo un resumen del programa en el que le preguntaron a Arenas, solo puedo decir : ¡¡que poca vergüenza!!.

Esa misma frase, se la regalo a Esperanza Aguirre, ayer la oí hacer comentarios de personas que pertenecen a su partido, a poco le faltó quitar solo a Rajoy para ponerse ella a la cabeza del pp.

En fin , son tantas las cosas....

Estoy floja, pero no estoy tonta.

A ver si este virus que tanto me quiere me abandona y puedo escribiros con mas tranquilidad.

Este virus que no quiero, al que no acepto y que me tiene acorralada.

Este virus que al escribir sobre él, me está recordando la muerte de tantas mujeres muertas por esos maridos que las acorralan, que las neutralizan, que las anula, que las maltratan, Virus que esas mujeres soportan dia a dia, y que realmente no se quitan de encima ni con reposo, ni con calma, ni con ningun medicamento.

¿Porqué me quejo tanto?, al fin y al cabo lo mio es algo pasajero, y pienso que solo puedo desear, ya que aun no se ha encontrado la vacuna contra la violencia de genero, ni contra las demas violencias, que ojala todas fueran pasjeras y acabaran pronto.

Hoy contra el virus de la violencia, debemos seguir luchando por encontrar la vacuna, yo creo que los componentes de ese remedio está en la educación, en el respeto, en la libertad, y sobretodo en la intolerancia hacia los intolerantes (aunque parezca contradictorio).

Creo que soy bastante tolerante, pero cuando veo violencia, me sale la intolerancia hacia quienes no respetan, me vuelvo intolerante con los violentos, no les encuentro justificación, la violencia no es justificable.

Bueno, os dejo, creo que oigo las voces del sofá, y las quejas de mis ojos y mi cuerpo pidiendo reposar y vuelvo a darme cuenta de lo quejica que soy.